martes, septiembre 26, 2006

Homenaje a los falsos problemas (hidras e hidrocarburos)





arriba, una hidra de risas neonatales...


Ya a nadie deberían engañar los argumentos sobre el beneficio de privatizar las industrias energéticas. Es claro que si Pemex está ahora en problemas y no se ve otra salida que la entrada de capital privado, esto se debe a la deliberada estrategia de desfalco que ha sufrido esa empresa pública por parte de los gobiernos federales y los sindicatos (ya son varios sexenios). En la dicotomía ideológica (es decir, falsa...simplificada), el dilema es entre derecha (privatizar) o izquierda (mantener como un recurso público). En el discurso político mexicano, al menos de cara a la ciudadanía, sólo se presentan dos cabezas para esta hidra de miles de rostros asquerosos y a la que siempre le crecerán otras dos cabezas espeluznantes si es que logramos cortar una.

De las dos cabezas ideológicas tenemos ejemplos para la vituperación de ambos bandos. Incluso podríamos decir sólo nombres y todo se clarifica:

izquierda:
López Portillo-La Quina

derecha:
Cheney-Ken Lay (ENRON)

Es decir, en cuestión de energía, tanto la administración privada como la pública son suceptibles de provocar crisis y fraudes descomunales. El problema energético no es de índole ideológica, como quisieran verlo los políticos. Es un problema de eficiencia tecnológica, industrial y legal, que pocas veces se soluciona para el bien común.

Si una ley está bien hecha por el estado y se cumple, una compañía privada puede explotar los recursos naturales o generar energía y beneficiar mucho al país que es dueño de los recursos siempre y cuando éste se asegure de mantener una posibilidad real de control.

Por el otro lado, no debería ser impensable que un gobierno pudiera administrar bien su empresa pública de producción de energía con el verdadero fin de mantenerla en buena salud económica. Y por supuesto, también sería ideal que utilizara los beneficios económicos obtenidos para el bien del estado y no de sus élites políticas y burocráticas.


Ambos casos en teoría son viables, siempre y cuando se hagan leyes justas, se cumplan y se sepa administrar bien. Los problemas de corrupción gubernamental, fraude, clientelismo, sindicalismo charro y peculado acaban por transformar cualquier plan en una mera pantalla para el beneficio del sistema de poder en turno sea de centro, izquierda o de derecha y no se diga en una dictadura.

En el caso de la izquierda se tiene la ilusión de que al menos uno vota por el que va a llevar el mando. Esto la hace ligeramente preferible a nuestro gusto. Queda todavía un residuo de voluntad democrática. Después de las últimas elecciones yo quiero ver al que defienda este argumento sin sentirse al menos un poco incómodo.

Los vericuetos económicos y legales no pueden explicarse a la población. Yo, como la inmensa mayoría, soy totalmente ignorante en muchos de ellos.

¿Entonces cómo se puede tomar una decisión democrática? Gracias a la hipnotizante multiplicación de la ideología.

Citas de hoy que pueden ser de interés al respecto:

1. Diario monitor (http://www.diariomonitor.com.mx)asegura en su titular que “Pemex permitirá generar electricidad a firmas de EU”. El asunto es que con el pretexto de mejorar la industria en sentido ambiental, Pemex dejará de pagar la electricidad a la CFE y lo hará a las compañías norteamericanas que ayudarán a la ecológica iniciativa.

2. Hoy nos enteramos de una nota de la AP, disculpen que no traduzca. (http://www.nytimes.com)

“More than 2 1/2 years after pleading guilty for his participation in Enron Corp.'s collapse, financial whiz Andrew Fastow's fate was to be revealed Tuesday.

U.S. District Judge Kenneth Hoyt was expected to sentence Fastow to 10 years in prison, which the former chief financial officer previously agreed to. Hoyt can't increase his sentence but could reduce it.”

“Enron, once the nation's seventh-largest company, crumbled into bankruptcy proceedings in December 2001 after years of accounting tricks could no longer hide billions in debt or make failing ventures appear profitable. The collapse wiped out thousands of jobs, more than $60 billion in market value and more than $2 billion in pension plans.”

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