by Eduardo Abaroa
(from the catalogue text of Institutional Investments, an exhibit of Tercerunquinto curated by Taiyana Pimentel, Museo Carrillo Gil, Mexico)
While political tendencies are nowadays very common in art, it is unusual to find direct references to the political situation in Mexico. Considering this exhibition’s interest in the subject of institutions, the first example I have selected from Tercerunquinto’s body of work points in an aparently simple way to the process of conception, rise and fall of a great institutional mass . The three members of this collective—Rolando Flores, Gabriel Cázares and Julio Castro—deviced a project to restore an old PRI electoral announcement , painted on a run-down wall at a car park. The slogans could hardly be read underneath several layers of multi-coloured graffiti. The restoration of an expired announcement as if it were an old painting conveys a painful irony. The political content of this three-coloured wall was activated by means of this act, even if in an uncertain direction.
Over the seventy years of PRI-led government, the Mexican Revolution was transformed into the dictatorship of an impressive institution that would re-direct revolutionary chaos in the name of the common good. National optimism was bourgeoning in the wake of the 2000 election, which, seen as the beginning of a new democratic era, finally bestowed power on a different party: PAN . After this new historical reading, Tercerunquinto´s project to restore the PRI propaganda in 2004 seemed a gesture aimed at touching sensitive fibers of the collective conscience. Did it have something to do with the confirmation of an authoritarian past? Would it be an “aesthetic” modification of precarious urbanism? The final goal of all this may be to record the years of electoral propaganda and their lack of sense in a deceitful democracy. Using these simple elements, we can put together different arguments. We are very far from the unequivocal guidelines of Mexican Muralist Painting. Tercerunquinto´s version of a mural consists only of the repetition of a relatively simple design and its relocation in a new historical context. Since the project was never executed, it is now imbued with greater ambiguity and an extra dose of mystery. The sketch for its execution is made so well that it seems the record of something that really happened.
Disfunción Logística, Tercerunquinto en el MACG
por Eduardo Abaroa
(extracto del catálogo de la exposición Investiduras Institucionales, de Tercerunquinto, curada por Taiyana Pimentel en el Museo Carrillo Gil, México D.F.)
Si bien la inclinación por la política es muy común en el arte de hoy, es raro encontrar referencias directas a la situación política de México. Dado el interés de la presente exposición por el tema de las instituciones, el primer ejemplo que escogí de la obra de Tercerunquinto apunta de manera aparentemente simple al proceso de gestación, auge y declive de una gran masa instituciónal (1). Los tres integrantes de este colectivo, Rolando Flores, Gabriel Cázares y Julio Castro hicieron un proyecto para restaurar un viejo anuncio electoral del PRI (2) pintado sobre el descascarado muro de un estacionamiento. Se trataba de un anuncio que apenas podía leerse bajo el palimpsesto multicolor de los grafiteros. El sinsentido de restaurar la propaganda caduca como si se tratara de una pintura antigua es casi dolorosamente irónico. Con este acto lograron reactivar el contenido político de esta barda tricolor, pero en dirección incierta. Durante los 70 años del PRI, la revolución mexicana quedó transformada en la dictadura de una mega-institución que regularía el caos de los impulsos revolucionarios en nombre del bien común. El optimismo nacional se desbordaba en las elecciones del año 2000, que fueron vistas como el comienzo de una nueva democracia que finalmente otorgó el poder a otro partido, el PAN (3). Ante esta lectura de la historia reciente, el proyecto de restaurar la propaganda del PRI en 2004 era un ademán que se proponía hacer resonar fibras profundas de la consciencia colectiva. ¿Se trataba de una reivindicación del pasado autoritario? ¿Sería una modificación “estética” de urbanismo precario? Tal vez se pretende la denuncia de años de propaganda electoral que siempre careció de sentido en una democracia amañada. Con estos simples elementos se pueden aglutinar diferentes argumentos. Estamos aquí muy lejos de las consignas inequívocas del arte muralista mexicano. El “mural” de Tercerunqunto se reduce a la repetición de un diseño relativamente sencillo y su reubicación en una nueva situación histórica. Para mayor ambigüedad y una dosis extra de misterio, el proyecto nunca se llevó a cabo. El boceto para realizarlo, sin embargo, está tan bien hecho que parece el registro de algo que sucedió en realidad.
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