En esta época de atentados suicidas y ajustes de cuentas decapitatorios, la agencia efe nos hizo llegar hoy un dato bastante sorprendente, al menos para mi. Un millón de personas se suicidan cada año en el mundo. “Más personas mueren al día por suicidio que como resultado de las guerras y de homicidios en su totalidad”, declaró en rueda de prensa el Coordinador de Desordenes Mentales de la Organización Mundial de la Salud.
La noticia me hizo recordar un libro (un best seller americano, ni más ni menos) que mi galerista Jack Tilton insistía en recomendarme, como si con esto pudieran mejorar las posibilidades mercantiles de toda esa basura producida por mis afanes artísticos. El librito, además de estar redactado con mal gusto, tiene todos esos datos curiosos que les gustan a los americanos y que logran que sea parte de muchas conversaciones. No es un gran libro. Da la impresión de querer ser un manual doméstico de mercadotecnia. Pero el tema de investigación es interesante, y justamente hay una sección dedicada al suicidio.
Malcom Gladwell,(1) el autor, se pone a analizar bajo qué circunstancias un cierto comportamiento o mensaje se repite o reproduce hasta llegar a proporciones inusitadas. Allí menciona el siguiente caso: Una ola de suicidios en Micronesia a finales de los ochenta hacían de esta región la primera en el número de suicidios por año. Casi siempre se trataba de suicidas adolescentes y solteros del sexo masculino. Las razones eran generalmente muy leves, aunque un psicólogo podría ilustrarnos mejor en cuanto a la relevancia de las razones del inconsciente. Lo que interesa a Gladwell es que pocas veces estas razones eran más que un pleito con los padres o la familia, aunque había algunos enamorados mal correspondidos. Incluso se relata el caso de uno que afortunadamente fracasó en su intento y que sólo quería saber qué se sentía, “probarlo”. No quería morir.
Gladwell conjetura que muchos de los suicidios en este país tenían motivos similares. Apunta, “especialmente entre algunos muchachos jóvenes, los actos suicidas parecen haber adquirido un elemento experimental o recreativo”. Según Gladwell, el pionero en el estudio de este fenómeno es el sociólogo David Phillips, quien hizo análisis estadísticos de suicidios antes y después de que se publicara la noticia del suicidio de alguien famoso. Como ejemplo se pone a Marilyn Monroe, cuya tragedia hizo que aumentara la tasa de suicidios en un 10%. También en el caso de Micronesia hubo un jóven famoso, R... (cuyo nombre se omite por discreción con la familia) que parece haber desatado una ola de suicidios en 1966. R... parece haber huido de la situación de tener dos novias al mismo tiempo, ambas novias se desmayaron en el sepelio. Al suicido de este jóven sucedieron otros veinticinco en un periodo de doce años, la mayoría en grupos de tres o cuatro personas en el curso de una semana. La siguiente cita es hecha por Gladwell, que traducimos aquí debido a su pertinencia.
“Muchas vicitimas de suicidio y muchas personas que han intentado el suicidio han reportado que tuvieron una visión en la que ellos se encuentran en una isla y en torno a ella navega un barco con todos los suicidas del pasado, que los llaman y les piden que se unan.”
El autor enfatiza que hay factores culturales muy oscuros que propician la reproducción de un comportamiento en grupos o subculturas vulnerables. Pero intenta dar validez a la idea de que hay una cierta tendencia a reproducir el suicido de R... Incluso reporta el caso de otro estudiante que cometió el acto al ser descubierto por sus dos novias. Según Gladwell el suicidio de R... conforma lo que el llama “tipping point” (algo así como punto de quiebre) que es justamente el punto de todo el libro, cuyo tema real es cómo entender el fenómeno de las modas.
Ciertamente viene a la mente el caso de Las desventuras del jóven Werther. Es muy famosa la afirmación de que este primer éxito literario de Goethe causó en su tiempo unas dos mil muertes, comenzando así la veta romántica en la literatura europea. ¿Había algo en esta obra que estimulara o encausara la reproducción del acto final? Hemos encontrado en esta obra algunas pistas. Nos dedicamos a seleccionar (cortar-pegar) muchos fragmentos que aluden a cierta reproductibilidad. A continuación un resumen de nuestros hallazgos(2):
A lo largo de toda la obra, el jóven Werther ve modelos a seguir. Primero leemos la impresión muy fuerte que le causa ver a un amigo enamorado sin ser correspondido, después se las arregla para conseguir su propio enamoramiento.
“The charming
manner with which he described her form and person, which, without
possessing the graces of youth, won and attached him to her, is
inexpressible, and must be left to the imagination. I have never
in my life witnessed or fancied or conceived the possibility of
such intense devotion, such ardent affections, united with so much
purity.”
Más tarde el héroe descubre que otro hombre había enloquecido por la misma mujer por la que él suspiraba. Aquí vemos un proceso de identificación.
Después el amigo, primer enamorado de la historia, comete el crimen de asesinar a su rival. Werther se siente aliviado, se sugiere que se ve totalmente distraído defendiendo la causa de su amigo. Vemos otro proceso de identificación. Finalmente, Werther accederá al crimen también, pero en su caso se trata de un suicidio. Siempre que hay un triángulo amoroso alguien tiene que morir o volverse loco.
En la obra pueden encontrarse muchos casos de ciclos, y de reproducción. En algunos casos se trata de números de insectos que embelesan a Werther en el campo. Se enfatiza el sentimiento sublime de la naturaleza a través de números y sigue con el poder de reproducción divino.
“a thousand unknown plants are noticed by me: when I hear the buzz of
the little world among the stalks, and grow familiar with the countless
indescribable forms of the insects and flies, then I feel the presence
of the Almighty, who formed us in his own image,”
Ante estos estímulos que inundan sus sentidos, Werther (un artista) ansía poder reproducirlos y reproducirse a sí mismo.
“Oh, would I could describe these conceptions, could impress
upon paper all that is living so full and warm within me, that it might
be the mirror of my soul, as my soul is the mirror of the infinite
God! O my friend -- but it is too much for my strength -- I sink
under the weight of the splendour of these visions!”
También el transcurso de la actividad humana sirve a Werther como fuente de estímulos sublimes. La contemplación de la vida cotidiana le provoca intensos arrebatos. Hay que apuntar también su adicción a los asuntos familiares. La clave aquí es su amor por todo lo que se reproduce. Charlotte, la mujer de la que se enamora, ha perdido a su madre y cuida a sus ocho hermanos. Los niños tienen un papel muy importante en su relación con Charlotte, a tan alto grado que son mencionados en la carta suicida.
Uno de los segmentos más curiosos describe la fiesta en la que Werther se enamora de Charlotte. Allí encontramos el motivo del ciclo que para nosotros tiene importancia crucial. El baile es interrumpido por una tormenta. Entonces Charlotte propone un juego.
“I noticed some of the company prepare their mouths and draw
themselves up at the prospect of some agreeable forfeit. "Let us
play at counting," said Charlotte. "Now, pay attention: I shall
go round the circle from right to left; and each person is to count,
one after the other, the number that comes to him, and must count
fast; whoever stops or mistakes is to have a box on the ear, and
so on, till we have counted a thousand." It was delightful to see
the fun. She went round the circle with upraised arm. "One,"
said the first; "two," the second; "three," the third; and so on,
till Charlotte went faster and faster. One made a mistake, instantly
a box on the ear; and, amid the laughter that ensued, came another
box; and so on, faster and faster. I myself came in for two. I
fancied they were harder than the rest, and felt quite delighted.
A general laughter and confusion put an end to the game long before
we had counted as far as a thousand. The party broke up into
little separate knots: the storm had ceased, and I followed Charlotte
into the ballroom.”
El juego consiste básicamente en un ciclo que se pone en movimiento y eventualmente se interrumpe. Cuando esto pasa, el culpable recibe un golpe. Como en el caso de la naturaleza y su exhuberancia, la continuidad de los ciclos, aqui la ruptura del ciclo adqiuere tintes positivos, en este caso alegres más que sublimes.
Después del enamoramiento y la confrontación con lo imposible, Werther seguirá obsesionado con la repetición, con ciclos y su interrupción. Pero ahi el personaje los vive como negativos, desesperados u ominosos.
“One hundred times have I been on the point of embracing her.
Heavens! what a torment it is to see so much loveliness passing
and repassing before us, and yet not dare to lay hold of it!
And laying hold is the most natural of human instincts. Do not
children touch everything they see? And I!”
Por supuesto la interrupción voluntaria de la vida se elabora en términos de ya no poder repetir los momentos tan queridos, ya no verse más.
"One lifts up the curtain, and passes to the other side, -- that
is all! And why all these doubts and delays? Because we know not
what is behind -- because there is no returning -- and because our
mind infers that all is darkness and confusion, where we have
nothing but uncertainty."
*
"Do you not see that you are deceiving yourself,
that you are seeking your own destruction? Why must you love me,
me only, who belong to another? I fear, I much fear, that it is
only the impossibility of possessing me which makes your desire for
me so strong."
Con cierta malicia podría decirse que Werther no está buscando su propia destrucción. Muy al contrario...busca el retorno en otro plano. Se trata de un plano metafísico o espiritual del que no parece muy seguro, pero ésa es su fe romántica.
Como prueba de esta afirmación exhibimos la comunicación secreta entre Charlotte y Werther desde la primera vez que se conocieron..
“Charlotte leaned forward on her arm; her eyes wandered over the scene; she
raised them to the sky, and then turned them upon me; they were
moistened with tears; she placed her hand on mine and said,
"Klopstock!" at once I remembered the magnificent ode which was
in her thoughts: I felt oppressed with the weight of my sensations,
and sank under them. It was more than I could bear. I bent over
her hand, kissed it in a stream of delicious tears, and again
looked up to her eyes. Divine Klopstock! why didst thou not see
thy apotheosis in those eyes? And thy name so often profaned,
would that I never heard it repeated!”
Asi sobreviene el encantamiento sobre Werther, el reconocerse en la amada a través de unos poemas. El énfasis no es sobre la experiencia de estar ante la lluvia sino en su posibilidad poética de repetición. Al final, cuando Werther ya está cerca de su final, ambos leen unos poemas con una larga serie de personajes míticos. También aquí ambos creen reproducir una historia que ya ha sido vivida.
Por un lado está la escenificación del final,
"For the last, last time I open these eyes. Alas! they will behold
the sun no more. It is covered by a thick, impenetrable cloud.
Yes, Nature! put on mourning: your child, your friend, your lover,
draws near his end! This thought, Charlotte, is without parallel;
and yet it seems like a mysterious dream when I repeat -- this is
my last day! The last! Charlotte, no word can adequately express
this thought.”
Pero este final siempre se revierte a una reproducción o repetición, un retorno de diferentes maneras y con las extravagancias mas delirantes:
“Drawing nearer to the grave my
perceptions become clearer. We shall exist; we shall see each
other again; we shall behold your mother; I shall behold her, and
expose to her my inmost heart. Your mother -- your image!"
¿Qué diablos tenía que ver en esto la madre? ¿Por qué ese ansiado retorno, ese énfasis en la imagen reproducida? Goethe seguramente tenía sentimientos ambiguos con respecto a semejantes formas de relacionarse. Es muy claro que el autor guarda una distancia cargada de ironía. El público, según cuenta la historia, se identifica con estos seres muy complicados a pesar de que son en cierta medida puestos en ridículo. Sin importar nuestras apreciaciones, algo había en Werther que apelaba a los lectores de principios del XIX. Quizá tantos círculos y retornos provoquen un mareo o una hipnosis, una embriaguez de sentido. Es así como creemos funcionan las pasiones desenfrenadas en esta obra y probablemente esparcieron el virus informático del suicidio.
Pero obviamente aprovechamos para atacar el tema de la voluntad. No es del todo claro que el suicidio siempre sea un acto de la voluntad. Como vimos, los casos de suicidio se pueden “contagiar” y además de los ejemplos que mencionamos tenemos otros muchos. Algunos son personas reales que ya tienen alguna fama. Marilyn Monroe., Kurt Cobain (E.U. finales del XX) y hide (Japón finales del XX¨). Otros, como Werther, son básicamente ficciones.
Un ejemplo interesante estuvo de moda a principios del s. XX en Europa. Se le conocía como la Inconnue de la Seine (3) (ver imagen arriba) y parece ser que era realmente desconocida. Algunos dicen que se trataba de un cadáver que había sido rescatado del Sena y expuesto en la Morgue de Paris junto con otros cientos de cadáveres esperando ser identificados. Nadie reclamó el cuerpo, pero a alguien impresionó su cara, puesto que le sacó un molde. Otras versiones niegan esta leyenda, alguien llegó a afirmar que encontró viva a la modelo de ese rostro. El hecho es que la Inconnue tuvo una especie de culto y que la gente se compraba copias de la máscara fúnebre para su casa. Muchos autores célebres hicieron historias con el personaje, y fue difundida especialmente una de ellas, de Reinhold Conrad Muschler, que describe su suicidio por un problema amoroso. También a este rumor se le ha adjudicado una epidemia de suicidios en la pequeña ciudad de Evreux.
El tema del suicidio que se reproduce ha sido tratado en libros como Suicide Clusters (1987) de Loren Coleman. El fenómeno está llegando a ser tan conocido que en algunos países hay leyes que restringen cierto tipo de informaciones masivas que se considera podrían propiciar una ola de suicidios. (4)
¿Hay algo en la reproductibilidad en sí que implica o estimula el juego suicida? La voluntad parece muy líquida, o incluso atmosférica. Se le puede orillar a cualquier cosa.
Notas
1. Gladwell, Malcom, The Tipping Point.
2. The Sorrows of Young Werther by Johann Wolfgang von Goethe. http://www.gutenberg.org/etext/2527
3 La información sobre La Inconnue de la Seine se tomó de Alvarez,Alfred, The Salvage God, también ver
http://www.williamgaddis.org/recognitions/inconnue/index.shtml
4. http://en.wikipedia.org/wiki/Copycat_suicide
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